2012-12-06 16:59:52 -0800
Ayer, con mi amiga Jo, fuimos a ver el concierto de Silvio en el Monumental. Entre la conversa de una hora desde el estadio a Plaza Italia, una conversación con el taxista y un malvado árbol de regresión que debo enviar para mañana, estuve pensando sobre Silvio. No pretendo hablar sobre el concierto (aquí tienen una reseña bastante decente), sino que trataré de explicar porque me tocan tanto los discos de la trilogía que llevan su nombre.
Si miramos con desapego las letras de Silvio (lo que sé que es difícil para aquellos que lo conocieron en la lucha), podemos ver que pasa de lo planfetario a lo abstracto sin pudor. En ocasiones, se cuelan ciertos rasgos de humanidad (el Papalote es un clásico), pero en general su pasatiempo preferido es crear metáforas para la revolución armada (pidiendo quemar el cielo, el perla) y alegorías para los distintos próceres de la revolución cubana y latinoamericana (el Mayor, Canción del Elegido). Incluso, en algo tan personal como su estadía en Angola no puede evitar pontificar sobre ética (Playa Girón). En términos musicales se observa una progresiva complejización de la música, particularmente en la orquestación. Si en los primeros discos se destacaban los cuasi-chillidos sobre fondos planos de guitarra, en una segunda época apreciamos un barroquismo exquisito en la guitarra, para llegar a la exploración sónica (con sintes incluidos) de la década de los 80
La caída del comunismo y la llegada de los 40 no podían dejar indiferente a Silvio. Visto desde la distancia, la trilogía aparece como un paréntesis introspectivo, en el cual se retiran los intentos de propaganda con orquesta incluida, para volver a encontrarse con su guitarra y reflexionar sobre cual será su posición.
Se dice (se sabe) que a Silvio no lo quieren en Cuba: que traicionó al pueblo, que tienen comodidades que otros no, que se vendió al partido. Silvio es (por lo visto) un hombre inteligente, por lo que debe haberse dado cuenta se dio cuenta de ello hace rato. Alguien que, tras tanta intelectualidad, es capaz de agarrar su fusil y partir a Angola para luchar debería sentirse muy frustrado por ser comprendido. Para aquel que con toda la arrogancia juvenil decía que :
Desde una mesa repleta cualquiera decide aplaudir la caravana en harapos de todos los pobres. Desde un mantel importado y un vino añejado se lucha muy bien. Desde una mesa gigante y un auto elegante se sufre también. En un amable festín se suele ver "combatir". (Canción en Harapos, 1971)
Convertirse en términos prácticos en ese pequeño burgués no debe ser fácil. Intenta la disculpa:
Haciendo crítica social me perfumé de valiente, creyeron que era disidente y no era más que natural. (Juego que me regalo un seis de enero, Silvio)
Juega con la racionalización
tener no es signo de malvado y no tener tampoco es prueba de que acompañe la virtud, pero el que nace bien parado, en procurarse lo que anhela no tiene que invertir salud (Canción de Navidad, Rodríguez).
La primera respuesta parece estar en la afirmación como individuo
Yo no se lo que es el destino, caminando fui lo que fui. Allá Dios, que será divino. Yo me muero como viví.
Esto le causa molestia que no la puede disimular. Se nota en la desesperación de
y canta que aunque sin rey mago sigo en pie.
Y toma toda su fuerza en Rodríguez. Frente al intento de afirmación del yo-Silvio, surge la reflexión sobre la herencia paterna-patria-Rodríguez.
Primero, se sabe inoportuno
Me declaro imperfecto pateando la sombrilla. Prefiero ser abierto a pasearme anunciando que soy la maravilla.
Surge la necesidad de acercarse a lo cotidiano, al pueblo si se quiere
Debo escuchar otra vez la guitarra del barrio y recorrer mi ciudad para reconocerla. Debo volverme a encantar como supe de niño y despertar como un dios que alargara la siesta.
La metáfora más fuerte es la del alienígena sin hogar, de Casiopea
Cumplí celosamente nuestro plan: por un millón de años esperar. Hoy llevo el doble dando coordenadas pero nadie contesta mi llamada. ¿Qué puede haber pasado a mi señal? ¿Será que me he quedado sin hogar?.
¿Qué se puede hacer? Ya la autoafirmación propia del Silvio se ha roto. Sólo queda aquello que es cierto para un intelectual y artista sin padre: la belleza del conocer (Escaramujo), el amor y la sexualidad (Desnuda con Sombrilla y Ando como Hormiguita) y la fuerza redentora del arte (Del sueño a la poesía)
.En Domínguez podemos ver la respuesta. Al 'deber' de contactarse de nuevo con el pueblo, plantea el desafío de creer en el comunismo. Renuncia el aristotelismo y se asume platónico, si quieren.
Balseros, navidades, absolutismo, bautizos, testamentos, odio y ternura. Nadie sabe qué cosa es el comunismo y eso puede ser pasto de la censura. Nadie sabe qué cosa es el comunismo y eso puede ser pasto de la ventura.
¿Qué rol puede cumplir si sabe que el comunismo no es real (y problamente nunca lo será, en su vida por lo menos)? El núcleo está en esa críptico composición "Canción del trovador errante": así como el aprendió de otros, pero falló por sus errores, otros podrán aprender de él y triunfar.
En una primera parte, el es receptor, el que aprende los temas de otros, los vagabundos.
vagabundos alrededor de sus hogueras iluminaciones de cirqueros y perros
En su vida pugna entre lo que vivifica
la intemperie los acosados campos de clorofila elemental
y lo que amarra, lo servil
pero también era ceniza miércoles de lloviznas masticando la hogaza sucia y nutritiva que comparte el proscrito ordinario
Al final, el se asume demiurgo caído, proscrito creador de un pequeño mundo propio
donde mi mano es la de Dios quiero decir la de un colosalmente viejo vagabundo
El ya no es el actor del cambio. Le corresponde pasar la voz a otros
Susurraré mi historia a un trovador errante sombra en busca de almas para que la reparta junto a los fuegos ocasionales tibios que depara el camino
Vemos el mismo sentido, desde una posición más personal, casi digna del Rodríguez, en "Hacia el Porvenir":
Hacia el porvenir partieron sombras. Cuando no alcance, sólo podré alertar. Si alguien me oye allí, no se olvide pues de iluminar.
En definitiva: la idea es perfecta, pero la humanidad (particularmente la suya) no han sabido llevarla a cabo. Eso no impide que otros, en el futuro, puedan lograr lo que él o sus compañeros no han podido.
Ya que Silvio no pretende salvar el mundo y se conforma con ser un consejero, un cantor, se puede dar el lujo de disfrutar la vida. En eso, puede hacer lo que más le gusta y cumplir con su deber de 'viejo sabio'.
Vengan deudas, inflaciones, vales, multas, recesiones: pruebe a arrancarme el ratero el sabor de mi bolero
¿Cómo debe ser esta canción? Debe mezclar tanto la estética como la honestidad. Debe ser comprometida, hecha con amor, sin sacrificar belleza por ello
El alma con canción iluminó su hogar, y la canción con alma echó a volar. Desde entonces las dos vivieron más despacio, a pesar de su tiempo y de su espacio.
La canción que tiene alma vuela, se hace liviana. Como metáfora de la liviandad que cura, en contraposición a la pesadez que daña, surge la metáfora del ave, tan clara en "Ala de Colibrí"
Ala de colibrí, liviana y pura. Ala de colibrí para la cura.
Esta liviandad también se relaciona con la tolerancia a lo imperfecto, incluyéndose el mismo
Hoy me propongo fundar un partido de sueños, talleres donde reparar alas de colibríes. Se admiten tarados, enfermos, gordos sin amor, tullidos, enanos, vampiros y días sin sol.
Por eso los guiños a la locura (Tema de los locos), e incluso cierta ternura en su forma de retar a sus enemigos
Tiñosas, lagartijas, esperpentos, aburridos batracios y loqueros, ¡aún corre la sangre en mi instrumento!
Las referencias a la libertad son directas en "Soltar todo y largarse" y su relación con el amor patentes en "Caballo Místico"
Y eso sería. Encantado de ver sus comentarios y otros